16 días de activismo contra la violencia de género

EDUCACIÓN: LA CLAVE DE LA PREVENCIÓN CONTRA LA VIOLENCIA

Si bien la violencia contra las mujeres y las niñas se reconoce como una violación de sus derechos humanos y como parte de un sistema amplio de discriminación de género, los esfuerzo de combatirla, se han centrado en promover la denuncia y fortalecer los servicios de atención y acompañamiento a víctimas y sobrevivientes.  

Desde un enfoque preventivo, las acciones para contrarrestar la violencia, implican abordar sus orígenes y causas estructurales, las mismas que se encuentran arraigadas como las de discriminación contra las mujeres y las niñas, y las relaciones de poder históricamente desiguales de género. La educación, por lo tanto, es clave para enfrentar el desafío de cambiar estas estructuras y abrir oportunidades para la transformación hacia la igualdad y la justicia social. 

Durante la adolescencia, el género y la edad de las niñas las hacen particularmente vulnerables a diversas formas de violencia y discriminación, como la violencia sexual, infecciones de transmisión sexual, el acoso, explotación y otras formas de violencia de género como el embarazo adolescente, el acceso restringido a una educación integral de la sexualidad y a servicios adecuados de salud sexual y reproductiva. 

En el año 2018 se registraron 1,501 casos de recién nacidos cuyas madres eran adolescentes mujeres menores de 15 años y, en el año 2019, se han registrado 1,303 casos de recién nacidos cuyas madres eran adolescentes menores de 15 años. Este año 2020, en 8 meses y medio, ya se han registro 679 casos (MINSA; 2020).

Estas cifras son una expresión de la violencia sistemática en la que muchas de las adolescentes son sometidas desde la niñez. A su vez, en Perú, en el Código Penal (Artículo 173), las relaciones sexuales con menores de 14 años se tipifican como delito de violencia sexual y se encuentra sancionado (Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza, 2020). Según la información registrada por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, solo entre enero y agosto del año 2020, se han reportado 63 casos de violación sexual en niñas y niños de 0 a 5 años, 291 casos de violación sexual en niñas y niños de 6 a 11 años de edad y, 1332 casos de violación sexual en adolescentes de 12 a 17 años de edad, lo cual representa el 65.1% del total de casos de violación sexual reportados en todos los grupos de edad (MIMP-Programa Nacional Aurora, 2020).  

La realidad de las zonas rurales, donde el acceso a los servicios de salud, orientación y consejería resultan escasos, se pone de manifiesto una situación alarmante. Existen casos de adolescentes menores de 15 años embarazadas o que ya han dado a luz, así como, adolescentes víctimas de violencia sexual, psicológica y de género (INEI-ENDES, 2019).

CARE reconoce que las niñas necesitan más que una educación de calidad para ayudarles a contribuir a romper el ciclo de la pobreza y ejercer su derecho a una vida libre de violencia. Las niñas necesitan una base de conocimientos, habilidades y experiencias que las preparen para tomar el control de sus vidas. La combinación de educación y desarrollo de liderazgo, puede ayudar a que las niñas logren articular mejor sus necesidades, identificar y abordar problemas, tomar decisiones y, en general, dar forma a su futuro. Asimismo, es central para la construcción de nuevas masculinidades para niños y adolescentes y el desarrollo de vínculos saludables e igualitarios con las niñas y mujeres.  

Nuestro marco programático y de respuesta humanitaria en CARE Perú, pone en el centro la igualdad, como una estrategia de respuesta efectiva a la superación de las desigualdades. A través de nuestras intervenciones y la respuesta, buscamos: 

  1. Potenciar la autonomía de las niñas y mujeres, fortaleciendo sus habilidades blandas, educativas y productivas. 
  2. Abordar los impactos diferenciados de los roles y mandatos de género. 
  3. Transformamos esas estructuras hacia una sociedad más igualitaria, que reconozca el poder y la importancia de las voces y liderazgos de las mujeres.  

Un ejemplo claro es el Proyecto Niñas con Oportunidades, que busca promover el desarrollo de habilidades para la vida con énfasis en equidad e igualdad de género, entendiendo la importancia de fortalecer las capacidades en las y los estudiantes y la interacción saludable con su entorno. Entendemos que el desarrollo de estas habilidades no es un hecho aislado y requiere de la interacción de la familia, docentes y comunidad en general.   

Niñas con Oportunidades, promueve que las y los estudiantes se informen adecuadamente sobre sus derechos sexuales y reproductivos para gozar de una salud sexual integral sin discriminación, con contenidos sobre sexualidad integral, enamoramiento, cuidado y prevención, sexualidad libre de violencia, igualdad de oportunidades, prevención de la violencia y nuevas masculinidades. El proyecto, además, retroalimenta los contenidos curriculares con orientación socioemocional, a través de coaching y talleres vivenciales con la finalidad de ayudarles a mejorar su situación de vulnerabilidad, fortaleciendo la autoestima, la confianza en sí mismos, manejo de emociones y decisiones. 

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