LUCY HARMAN: “LO QUE SE NECESITA ES DESARROLLAR HABILIDADES PARA QUE LA POBLACIÓN SEA MÁS RESILIENTE.”


EXPERIENCIAS Y APRENDIZAJES EN LA GESTIÓN DE RIESGOS DE DESASTRES Y RESPUESTAS A EMERGENCIAS

Continuando con la entrevista realizada a Lucy Harman, Gerenta de Gestión de Riesgos de Desastres y Respuesta a Emergencias de CARE Perú, le consultamos sobre aquellos momentos en los cuales se desarrollaron acciones de respuesta frente a emergencias.

Tras el terremoto del año 2007 en Pisco, ¿Cuál fue el rol que cumplió CARE Perú?

En principio, se apoyó en saneamiento básico y, como medida de prevención, CARE Perú brindó asistencia humanitaria por medio de la construcción de viviendas sismo resistentes que incorporan geomallas para evitar daños. Es por ello que se conformó un grupo de trabajo de “Viviendas, seguras y saludables” para promover construcciones que se adecuen a las necesidades de las familias.

Nos dimos cuenta la necesidad de contar con un programa de vivienda para personas que viven en las zonas rurales y zonas periurbanas.  Hasta el 2007, debido a que no existía ningún programa de vivienda dirigido a esas zonas, existían casas con una construcción y ubicación inadecuada.

En el Perú, cada año, ciertas regiones son afectadas por las bajas temperaturas, ¿Qué acciones se realizaron desde CARE Perú?

En primer lugar, es importante reconocer que las bajas temperaturas hacen posible la producción de chuño, un alimento básico de la canasta familiar y, por ello, muchas personas ya están preparadas para afrontar las heladas en junio y julio. Sin embargo, cuando hay bajas temperaturas en una temporada distinta, como lo son enero y marzo, pueden generarse daños debido a que las personas no se encuentran preparadas. En ese sentido, el trabajo se ha centrado en fortalecer las capacidades para que las personas puedan afrontar las crisis, y así mejorar su resiliencia.

¿Qué capacidades se han fortalecido para que las personas puedan ser resilientes ante las bajas temperaturas?

Para asegurar la producción láctea en las temporadas de bajas temperatura, se promovió el uso de pastos mejorados que demanden menos agua para que los animales cuenten con alimentos. Asimismo, se construyeron cobertizos para asegurar que el ganado gane peso y se incentivó la producción de especies agrícolas que puedan sobrevivir al estrés climático. Todo aquello es producto de la investigación aplicada.

“Para generar desarrollo es importante aprender, revisar los estudios y tomar decisiones informadas para que las familias no pierdan sus medios de vida.”

Ante la aparición del virus zika en el año 2016 se implementó el proyecto “Juntos ante el Zika” en el norte del país, ¿Cuál fue el objetivo de esta intervención?

El proyecto “Juntos ante el Zika” fue parte de una estrategia de gestión del riesgo desde un enfoque preventivo ante un evento adverso. Una de las acciones más importantes que se tomaron fue el promover que las personas identifiquen los signos y síntomas del zika para conocer la enfermedad y, por otro lado, llevar un control larvario para prevenir el contagio, así como el desarrollo de un sistema vigilancia basada en la comunidad (SVBC) con la participación activa de promotores de la salud.

¿Cuál fue el rol de las promotoras y los promotores de salud en la prevención del virus Zika en las comunidades?

La promoción de la información fue un eje central para que las personas de las comunidades estuvieran informadas y sensibilizadas para que se involucren en la prevención y control del virus.  Era necesario monitorear a quiénes se encontraban infectadas y promover cambios conductuales en las personas.

En ese sentido, los promotores de salud eran el mejor de canal de comunicación dentro de la comunidad, y esto fue importante porque el virus del Zika afecta y genera consecuencias en niñas y niños por nacer. La población adulta no es muy vulnerable, pero una niña o niño puede tener efectos para el resto de su vida como la microcefalia o perder la vista. Asimismo, es muy grave en el caso de mujeres embarazadas ya que pueden contraer el virus y transmitirlo.

Por otro lado, la intervención tuvo énfasis en promover el control de larvas de zancudos por medio de la acción conjunta con el Ministerio de Salud del Perú (MINSA) para desarrollar un programa de ovitrampas en los hogares.

 ¿Qué intervención desarrolló CARE Perú a causa del Fenómeno del niño en el año 2017?

En el caso de las regiones del norte, se elaboraron mapas parlantes, junto a las comunidades, para identificar las rutas de las inundaciones y las zonas más seguras. Además, se pudo identificar y asegurar las zonas menos seguras para que las personas puedan prepararse y conozcan cómo evacuar.

Ante un evento adverso es más difícil evacuar a familias enteras, por eso se hacen planes comunitarios, para saber qué va a pasar y que la comunidad este informada para tomar acciones concretas para evacuar y ayudarse el uno al otro.

Actualmente, ¿cuáles son las situaciones de emergencia que está atravesando el Perú?

Actualmente nos enfrentamos a emergencias como los rezagos de la COVID-19 y la crisis económica.

¿Cómo CARE Perú está brindando asistencia humanitaria a personas refugiadas y migrantes que se encuentran en Perú?

Las necesidades son múltiples, el factor que creemos más importante es la regularización migratoria, ya que con una situación migratoria irregular una persona no puede acceder a diferentes servicios y no puede ser tratado como un ciudadano con plenos derechos. 

Desde hace más de 50 años, CARE Perú viene trabajando por construir una sociedad inclusiva, en la que exista justicia social y donde todas las personas vivan con dignidad y seguridad.

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